Acción sobre agentes nocivos externos
También se han encontrado aplicaciones de la miel como protectora de los diversos agentes nocivos externos. Para prevenir las enfermedades causadas por radiaciones, en algunos países se recurre a un preparado a partir de miel. Se aplica en forma de inyecciones intravenosas a partir de miel desproteinizada y a unas dosis de 10 ml de una solución al 20-40%. Aplicada antes de cada sesión de radioterapia se reducen en gran parte las consecuencias derivadas del tratamiento con rayos X.
En el mercado europeo apareció un medicamento para tal fin denominado "Melcaína", constituido por una solución de miel sin proteínas con 1-2% de novocaína.
Heinerman (1988) indica que la miel atenúa los brotes alérgicos de la polinosis y recomienda, como preventivo, una cucharada de miel después de cada comida.
Stojko y col. (1987) demuestran la eficacia de la miel en el proceso de adaptación del organismo a las condiciones ambientales desfavorables.
Realizan un experimento en una fábrica de manipuladores de metales pesados, en la que 55 operarios se tratan con miel durante 6 meses y otro grupo de 50 operarios se toma como control. La valoración de la experiencia consistía en una determinación clínica periódica de los parámetros fundamentales de los componentes del plasma y de la sangre, para cada grupo. La comparación de los resultados, después de tres meses de tratamiento, fue que el primer grupo que tomaba la miel presentaba unos valores hemáticos similares a los standards y superiores a los del grupo testigo. Esta diferencia fue más acusada a los 6 meses, al finalizar el tratamiento.
Finalmente, Heinerman (1988) indica que la miel atenúa los brotes alérgicos de la polinosis y recomienda, como preventivo, una cucharada de miel después de cada comida.
Este autor aprecia una disminución de los síntomas de la afección alérgica después de la ingesta de miel y observa una disminución notable de la lacrimación y de la mucosidad.
Tal vez su mecanismo de acción sea que el organismo elabora anticuerpos específicos a partir de las pequeñas cantidades de polen que contiene la miel, que actúa así a modo de vacuna. No obstante, se requieren estudios más profundos para llegar a una conclusión sobre este punto.
En el mercado europeo apareció un medicamento para tal fin denominado "Melcaína", constituido por una solución de miel sin proteínas con 1-2% de novocaína.
Heinerman (1988) indica que la miel atenúa los brotes alérgicos de la polinosis y recomienda, como preventivo, una cucharada de miel después de cada comida.
Stojko y col. (1987) demuestran la eficacia de la miel en el proceso de adaptación del organismo a las condiciones ambientales desfavorables.
Realizan un experimento en una fábrica de manipuladores de metales pesados, en la que 55 operarios se tratan con miel durante 6 meses y otro grupo de 50 operarios se toma como control. La valoración de la experiencia consistía en una determinación clínica periódica de los parámetros fundamentales de los componentes del plasma y de la sangre, para cada grupo. La comparación de los resultados, después de tres meses de tratamiento, fue que el primer grupo que tomaba la miel presentaba unos valores hemáticos similares a los standards y superiores a los del grupo testigo. Esta diferencia fue más acusada a los 6 meses, al finalizar el tratamiento.
Finalmente, Heinerman (1988) indica que la miel atenúa los brotes alérgicos de la polinosis y recomienda, como preventivo, una cucharada de miel después de cada comida.
Este autor aprecia una disminución de los síntomas de la afección alérgica después de la ingesta de miel y observa una disminución notable de la lacrimación y de la mucosidad.
Tal vez su mecanismo de acción sea que el organismo elabora anticuerpos específicos a partir de las pequeñas cantidades de polen que contiene la miel, que actúa así a modo de vacuna. No obstante, se requieren estudios más profundos para llegar a una conclusión sobre este punto.